Comentarios y Análisis de Política

martes, 31 de julio de 2012

La locura d'Artur Mas?


Els profetes 'divins' ja ho han proclamat, en el desert i arreu, 'en nom del País'. Els grans ideòlegs, han parlat a les ments preclares. Els predicadors –polítics i mediàtics-, sermonejat  a les masses. Els estrategues, traçat el full de ruta cap a 'la terra promesa' de la independència. Els activistes, caldejat l'ambient. I el 'cabdill', Artur Mas, arengat al 'seu exèrcit'. Només falta l'ordre de la 'rebel·lió'. Seguirà el poble, tip i fastiguejat de tot i de tots, aquesta locura?. That is the question!
God Save the Queen!

miércoles, 25 de julio de 2012

Carga excesiva para Catalunya



En esto hay unanimidad. Entre los partidos, instituciones y ciudadanos. Es, en el fondo, lo que se ha aprobado por consenso en el Parlament. Que lo que aporta la economía catalana al resto del Estado es escesivo.

Por dos razones, principalmente: porque lastra el desarrollo de la propia economía, incluso empobreciéndola, y porque una economía catalana frenada o empobrecida, no puede contribuir a la  riqueza global estatal  ni actuar, como históricamente, de motor de la misma.

Así, todos salimos perdiendo. Este clamor, por tanto, bien merece ser tenido en cuenta, en época de crisis o sin crisis. Incluso, podria formar parte de su solución.

Esta evidencia de desequilibrio económico, por otra parte, está siendo un potente factor del claro aumento del sentimiento independentista y de su extensión a capas sociales normalmente lejanas del catalanismo radical. Es lo que se llama "independentismo de cartera", que por sentido práctico desborda al puramente "sentimental" o "identitario". El independentismo "del interés"

Los preocupados por el creciemiento del independentismo, sean ciudadanos catalanes o de fuera de Catalunya, deberian sopesar bien este fenómeno de la fuerza determinante del "interés" económico  en la decantación política. Atender a aquel clamor contra el "desequilibrio" crónico del flujo fiscal entre lo que aporta Catalunya a las arcas del Estado y lo que le retornan estas en forma de servicios, no solo sería bueno para las economías catalana y española, sino que, además, desinflaria el creciente sentimiento secesionista.

La forma de hacerlo, siendo importante, es secundaria. Por esto la unanimidad básica que sostiene la propuesta del Parlament –bajo el nombre de Pacte Fiscal- se rompe entre los partidos, que tienen puntos de vistas diferentes y presentan fórmulas distintas. No hay unanimidad en la manera.


Encontrar una de satisfectoria y viable, que abordara el fondo (la carga excesiva de la aportación catalana),  en una negociación sincera y  realista entre el Gobierno de Rajoy y el Govern de Mas, supondria un paso decisivo en los dos contenciosos: el económico y el político, que se superponen peligrosamente. 

jueves, 12 de julio de 2012

¿Se aguantará Rajoy?




Que los gobiernos son elegidos por sus programas electorales debería ser cierto, pero es una falacia. Nadie se los lee y ni los propios partidos se los creen. Más allá de unas líneas maestras, son puro marketing. Ya Tierno Galván denunciaba que son "para no cumplirlos". Cinismo realista.

Cuando Zapatero quiso cumplir su más o menos improvisado programa las cosas fueron mal; y cuando cambió radicalmente para seguir el impuesto por la Unión Europea, las cosas fueron peor y las urnas lo echaron. ¿Le sucederá lo mismo a Rajoy? Seguramente, no.

A Rajoy, a quien tanto se le acusó de no revelar o de no tener programa, es evidente que no salió elegido por lo que decía o no decía en este. Tras el caos zapateril, fue elegido para que sacara al país del atolladero. Esto es, fundamentalmente, por lo que le votó una amplia mayoría absoluta, harta hasta las narices de la situación.

Por esto las críticas que, con razón, le acusan de no cumplir su programa e incluso de contradecirlo descaradamente, no parece que le vayan a hacer tanta mella como a su antecesor socialista. Y siendo muy  razonables  los argumentos de que, si gobierna con medidas distintas o claramente contrarias a las que predicaba, debería someterse al veredicto de nuevas elecciones, carecen de peso práctico suficiente, en las actuales circunstancias, para prosperar.

El único programa de Rajoy es ahora sacar el país del atolladero y evitar a toda costa la bancarrota. En el fondo, como decía, es por lo que la gente le eligió, no por ser más simpático o inteligente ni por lo escrito en su ambiguo programa electoral. Es por esto por lo que será juzgado al final de su mandato, o antes si no puede completarlo.

Está por ver si acertará o no, más allá de lo que digan desde Bruselas. Los que sufren los duros recortes y las subidas de impuestos, son los ciudadanos. Y son los que llenan las calles clamando otra política, distinta a la de los banqueros, y los que votan. 

El coraje que -con o sin programa, o al dictado de Europa- ahora pone Rajoy en dar la vuelta a la situación, no es garantía de que la gente esté dispuesta a aguantar mucho para ver resultados favorables, ni de que estos se produzcan inexorablemente. Lo peor es que no parece haber un camino muy distinto. Esto es lo que -guste o no- puede aguantar al presidente Rajoy en su dificilísimo empeño.

  

miércoles, 4 de julio de 2012

Para crear empleo y riqueza


Para que se cree empleo se necesitan empresas. Para que existan empresas se necesitan compradores. Para que haya compradores se necesita gente con poder adquisitivo. Para un país empobrecido, como el nuestro, es necesario buscar mercados fuera. En resumen: hay que exportar.

Para exportar hay que producir buenos productos o innovadores, a precios competitivos y estar introducidos en  países con poder adquisitivo que nos compren. Este, aparentemente,  tan simple manual es el que aplican los sectores y los empresarios de nuestro país que basan su economía en la exportación.

Son los que, pese a tantas dificultades y desánimmo, crean riqueza, empleo y contribuyen a lo que nos queda del estado del bienestar. Son los que hay que alentar, ayudar e imitar. Son los que nos pueden sacar de la crisis. No los simples e inacabables recortes que, más allá de la necesaria austeridad, nos estancan y empobrecen cada dia más.

Escoger bien unos cuantos sectores y empresas de entre las que más y mejor exportan, y tienen más futuro, e impulsarlos en su afianzamiento y crecimiento, sería una labor realista de los gobiernos central y autonómicos. Un necesario, urgente e imprescindible primer paso –a ir ampliando- para reanimar la actual situación de bancarrota.

Las grandes cifras, las magnitudes macroeconómicas, a veces no nos dejan ver la útil, callada y fructífera labor de tantos empresarios que luchan cada día a pié de fábrica o establecimiento y logran colocar sus productos y servicios en distintos países, a menudo muy lejanos, o atraer un buen turismo, con lo que nos salvan de una mayor debacle económica. Sus cifras de negocios, pese a todo, son muy importantes.       

Merecen ser potenciados, porque con ello fortaleceríamos la economía del país. Aprendamos de los que saben y de lo que va bien. Menos  hablar de 'primas de riesgo', que cada día nos deprimen y arriesgan más, y más sentido práctico. Y manos a la obra.