Aprovechando el enorme
ruido del 'escándalo Jordi Pujol' (cuya persona no se merece tanta saña, con
que se le ataca ahora), el president Artur Mas ha hecho público su Plan 'B',
para tapar anticipadamente su fracaso en
el tema de la famosa Consulta, con la que ha estado enredando a tantos
catalanes y crispando tanto a todo el país.
De su prometida 'consulta
si o sí', de su anuncio que los catalanes 'el 9N iremos a votar', de su
alternativa 'consulta o elecciones', ja nada de nada. Ahora, lo que toca, por
lo visto, es de distanciarse y/o expulsar del partido a su fundador, de
refundar el partido y de evitar que sea suspendida la autonomía de Catalunya.
El nuevo numero dos de CiU,
que sustituye al discrepante y fugado a
tiempo Duran Lleida, lo explica muy claramente
en 'El Periódico'. "El President -dice- convocará un gobierno de concentración
después del veto a la Consulta, y el nuevo Gobierno catalán preparará las
elecciones plebiscitarias del 2016, con vistas a la independencia. Josep Rull
-añade el diario- teme la suspensión de
la autonomía y llama a evitar los
errores del 1934 " .
Todo un encaje político de
bolillos para disimular un gran fracaso y para mantenerse en el poder hasta el
final de la legislatura, sin aventurarse a unas nuevas elecciones anticipadas en
que volvería a perder un montón de diputados, según todas las encuestas, y
quizás el descalabro definitivo del partido.
Seguramente, muchos
sectores conservadores del país verán con alivio este cambio de tercio de Mas,
ya que temían un triunfo electoral del más radical y pétreo Oriol Junqueras,
líder de ERC, dispuesto a la declaración unilateral de independencia. Es decir,
a repetir los errores del 1934, que Artur Mas quiere evitar, como ha
declarado reiteradamente en los últimos meses diciendo que 'no haría nada
ilegal'. Las voces y presiones más sensatas, y una mejor oscultación de la
realidad, parece que han surtido efecto.
Nuevamente, se habrá hecho
el ridículo. Quizás, en el fondo, como se dice, a fin de bien. Nunca se sabe. Pero este anuncio, ahora en
vísperas de la esperada e importante reunión Mas-Rajoy, resulta, a la vez,
sorprendente y muy claro. Con la huida de Duran, el feo asunto Pujol y el
avance del plan 'B' (de bajada de pantalones, con perdón), ¿cómo puede
presentarse en la reunión de La Moncloa el president Mas?
Pero, tal vez, todo esto
sirva para que de la cumbre Rajoy-Mas, salga algo positivo. No se habrá roto la
baraja.
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