El atractivo discurso que ayer hizo Oriol
Junqueras, líder de Esquerra Republicana de Catalunya, a favor de la
independencia de Catalunya, no lo saben hacer ni el PP ni el PSOE a favor de la
unidad de Espanya. Como tampoco Artur Mas en defensa, también, de la secesión
catalana.
Sin un papel, sin atril, a cuerpo, Juqueras
desarrolló, durante una hora, una argumentación mucho más viva y atrayente que
la pormenorizada conferencia del president Mas hace una semana. El objetivo era
el mismo: una Catalunya independiente. Los caminos y las estrategias
diferentes, casi contrapuestas.
Una simple frase del republicano lo resume
bien: "Hay una unidad que es la de todos, que nos parece más valiosa que
la unidad de unos cuantos". Artur Mas, busca la unidad de unos cuantos,
los convencidos, para imponerla a todos. Oriol Junqueras hace pedagogía y
propaganda para que todos se sientan interesados en esta unidad. Para ambos, la unidad -más fictícia o real-
ha de servir para llegar a un Estado catalán independiente.
Los dos discursos parten de la desafección
de Catalunya respecto de Espanya, del conocido victimismo, y prometen el
paraiso de un país libre y nuevo. Más que números, se exhiben sobretodo incomprensiones,
resentimientos y sentimientos. Todo trufado de romanticismo y populismo. Y con
el anzuelo de una visión simplificada de unas cuantas cifras para abrir el
apetito y la esperanza.
Junqueras, sabe elevar las anécdotas reales
a catagorías creibles. Lo cual llega más fácilmente al gran público que la
oratoria, impecable y alambicada, de Mas. Este, tiene las limitaciones de
ostentar el poder, Junqueras la libertad total de estar en la oposición.
Es la ventaja, no se olvide, de estar en
una democracia y un Estado de derecho,
que amparan esta gran libertad de expresión y de manifestación, además del
pluralismo –reflejo de la diversidad social-
que hay que preservar y no restringir, como parecen pretender ciertas
propuesta de listas electorales únicas. La unificación de partidos, que supuso
su eliminación, ya la hemos vivido en tiempos felizmante superados.
La propuesta de Oriol Junqueras quiere ser más incluyente de los
distintos intereses, sensibilidades i sectores sociales. “La unidad de todos”,
pide, en contraposición a la de Artur Mas,“la unidad de unos quantos”. El
president Mas da la impresión de querer ganar tiempo y así poder agotar su
legislatura, y está en su derecho.
El republicano Junqueras, tiene prisa y es
más contundente: la proclamación unilateral de la independencia lo antes
posible. Si es posible mañana, pues mañana mismo. No perder ya más tiempo
porque va en contra del bienestar y la felicidad de todos los catalanes, que,
libres de la mordaza y el expólio del Estado, sabrán contruir un país con mayor
bienestar, más justo y sin corrupción...
Por esto, todos deben sentirse llamados a construir y a
disfrutar de este país de ensueño. Ricos y pobres, autóctonos y venidos de
fuera, independentistas convencidos, los que dudan y los que no lo son. Una vez
proclamada la independencia unilateralmete –con un golpe de mano
plebiscitario-,. ya todos se subirán al carro por la cuenta que les tiene.
Nadie querrà quedarse al margen de esta Arcadia feliz. És la gran ventaja de ser
independientes. El objetivo de todos -los que no sean miopes- es proclamarla
ya. Después, solo después, se podrá negociar “de igual a igual” con el Estado.
Prentender negociar siendo sólo una parte
de un todo, a la que ni se hace caso, es perder el tiempo, es de poco menos que
tontos. La unidad estatal –viene a decir- solo perjudica a los catalanes; y
nadie les ha convenido de lo contrario, ni el PP ni el PSOE. El discurso,
hábil, directo y táctico, de Junqueras
es el que, en defensa de la unidad, no han sabido -ni saben- hacer ni el PP ni
el PSOE, con su visión centralista y excluyente.
No hay, pues, que perder más tiempo, pide
Junqueras, que clama por una República Independiente de Catalunya:“!O ahora o
nunca!”
No hay comentarios:
Publicar un comentario