Comentarios y Análisis de Política

viernes, 30 de diciembre de 2011

De dónde salen las misas de Rajoy

Dos escándalos. Que Zapatero ocultara el verdadero déficit a Rajoy y que éste suba impuestos cuando dijo que no lo haría. Se alega que uno se deriva del otro; es decir, que sin ocultación del anterior gobierno no habría necesidad de que el nuevo aumentara impuestos. Esto se dice y parece, pero vayan a saber...

Lo que ocurre siempre es que de algún sitio deben salir las misas. Y que suelen salir de la sacristía. Y en economía no hay más sacristía que el bolsillo de los ciudadanos. Por esto, si el déficit es bastante mayor del que se dijo, tendrán que salir más misas de la sacristía. Más tijeras, por un lado, y más impuestos por otro.

Es lo que ha ocurrido. Rajoy no es ningún santo milagrero, como no lo era Zapatero, auque este acumuló bastantes pecados. Ahora habrá que empezar a contar los de Rajoy.
Gobernar conlleva esto. Pero, a primera vista, la impresión superficial es que la música que sale de la sacristía de Rajoy suena algo mejor. Que es menos mentirosa. Más realista e incluso más piadosa con los peor situados en esta crisis de caballo.

Recorta drásticamente el dinero de donde se derrochaba o no hacía demasiado falta. Menos ministerios, direcciones generales, subsecratarios, etc. Menos gasto en cada departamento. Recorte de las subvenciones a partidos políticos, sindicatos, patronales... Y recargos a las rentas, a los capitales, a las propiedades...Y atención preferente a jubilados, parados y gente sin recursos. La música –veremos después la letra- suena menos mal. Se encuentra a faltar aquello tan bonito y repetido del impuesto especial a las grandes fortunas...¿Qué ha pasado? ¿O vendrá después de las elecciones de Andalucía, el país aún de los grandes latifundios? Pero las grandes fortunas de verdad ya no están pegadas a la tierra; son las que circulan por internet saltando de cuenta en cuenta. ¿No se las encuentra o no se las quiere encontrar?

Esta es una impresión ‘urgente de urgencia’. Nada más. Pero, no se olvide, con la izquierda o la derecha, las misas siempre salen de la sacristía; de nuestros bolsillos. Es importante que el gobierno sepa –y quiera- medir bien el tamaño del de cada cual, antes de meterle la mano. Veremos.


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